jueves, 6 de noviembre de 2008

Contrapublicidad en el tabaco

La contrapublicidad representa un movimiento de crítica a la publicidad y, a través de ella, a las grandes empresas y multinacionales que la utilizan. El término está acuñado por grupos y organizaciones que rechazan el modelo económico dominante y las prácticas empresariales abusivas o no compatibles con el desarrollo sostenible.

Estos grupos denuncian a la publicidad por considerar que es un motor de consumo que muestra una realidad deformada y busca que el ciudadano consuma sin límites. El mensaje contrapublicitario se crea de dos formas:

1. Modificando los anuncios del anunciante al que se quiere denunciar.
2. Se trata de difundir las críticas hacia una marca, su actuación comercial o corporativa o sus productos aprovechando las campañas que ella ha realizado o está realizando. Para ello se manipulan elementos visuales o de texto de forma que el contenido cambie. Lo que el público ve es la campaña que ya conoce modificada para trasladar el mensaje de denuncia.
3. Diseñando una campaña original de denuncia. En este caso el mensaje es totalmente nuevo y se crea como cualquier campaña de publicidad. Si sigue el proceso de planificación (Bloques 5 y 6) que hemos estudiado (investigación, objetivos, estrategia, creatividad, plan de medios y evaluación) tendrá más posibilidades de ser eficaz.




De esta forma lo grupos contra la publicidad se convierten en anunciantes y utilizan, al menos en este segundo caso, las mismas técnicas que sus denunciados para crear y difundir su mensaje. Lo que cambia es el contenido de la propuesta que, lógicamente, responde a sus preocupaciones y a su ideología. Lo que la contrapublicidad traslada a la sociedad un modelo distinto, contrario al de producción y consumo, que busca sensibilizar sobre el cuidado del medioambiente, los derechos humanos, la paz, la justicia o el reparto de recursos en el planeta. En algunos países, entre ellos Canadá, Francia, Italia y Japón, se viene produciendo una movilización social que propicia la expansión de estos valores unida al rechazo de la globalización.


Ante la alarmante cantidad de fumadores que seguían “disfrutando” de este mortal vicio, después de demostrarse sus dañinos efectos, en todo el mundo se planteó lo siguiente. Desde las administraciones publicas, el gobierno, asociaciones de consumidores etc. se intenta demostrar a los fumadores de los nefastos efectos del tabaco por medio de muy diversas campañas publicitarias.

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